Maritoñi, el bizcocho glaseado relleno de cabello de ángel


Maritoñi es un pastelito de unos 75 gramos conformado por dos bases circulares de bizcocho de unos 8 centímetros de diámetro, un relleno de cabello de ángel, todo ello recubierto por una fina capa de azúcar glass. Otros ingredientes que le acompañan son huevos, margarina, canela y manteca. Una buena dosis de “Es-” (colorantes y conservantes) forman parte también de su composición.

Cuando abres el paquete en el que viene cada pastelito de manera individual descubres esta especie de “dorayaki” recubierto de azúcar glass y relleno de cabello de ángel. He podido comprobar que según la suerte que tengas, unas veces vendrá más blanquito que otras, según la cantidad de azúcar que le eche el fabricante. Igualmente, desconociendo yo hasta qué punto la producción de una Maritoñi es manual o industrial, es posible encontrar que los dos bizcochos, pieza principal de este dulce, estén encajados frente a frente o, todo lo contrario, cada uno por su lado, totalmente desencajados. Igualmente, nadie te asegura que la distribución de la crema será homogénea o que te encuentres un pegote en un lado y el otro completamente vacío.


El cabello de ángel es la clave



Maritoñi coloca en sus envases el subtítulo Exquisitas al nombre de la marca. Yo no les llevaré la contraria, lo cierto es que este dulce está muy rico. La primera sensación al morder es la de encontrar un bizcocho bastante dulce gracias al glaseado y muy tierno, sensación que se refuerza al terminar de juntar los dientes y encontrarte con el cabello de ángel en el centro. Para mí, este es el ingrediente estrella de la Maritoñi, el cabello de ángel. Sé que hay gente a la que no le gusta y yo me incluyo entre esas personas, porque personalmente, me resulta  una crema demasiado dulce, con una textura brumosa que suele desagradarme. Sin embargo, la cantidad de cabello de ángel en Maritoñi es la justa para evitar esa sensación. Lo que creo que hace que me guste de verdad es que parece estar muy bien molida, de modo que resulta suave, combinando de maravilla con el bizcocho glaseado. Me gusta tanto el cabello de ángel de estas Maritoñi que si hay montón acumulado en un lado, empiezo a morder alrededor hasta dejar ese mordisco para el final.


Un producto muy "De Graná"


De Graná, Graná. Sin lugar a dudas Maritoñi es un producto genuinamente granadino y así queda patente en las manifestaciones que hace de sí mismo. Tan solo hay que hacer una visita a su página web en la que se reconocen como el “producto granadino que alimentó a varias generaciones durante la postguerra” o encontrar otras señales como la descripción de sus ingredientes: “Bizcocho, cabello de ángel y una pizca de Malafollá¿Qué hay más granadino que la malafollá?

Identidad muy marcada también por la tradición. Desde su nombre, hipocorístico de María Antonia o su logotipo con una tipografía estilo gótica, con detalles muy medievales y el texto que indica la fecha de fundación de la empresa: “Granada - 1950”.  Más tradicional parece aún la forma en la que están hechos los pastelitos, con esos detalles en su producción ya mencionados como son la distribución no homogénea del cabello de ángel sobre el bizcocho o que estos no estén siempre perfectamente encajados. Aunque el proceso de producción sea industrial, cosa que desconozco, transmiten la sensación de que han sido colocados manualmente uno a uno.


El diseño del envase desmerece al producto



Sobre el diseño del envase tengo dos posiciones enfrentadas: por un lado, el paquete individual en el que viene cada Maritoñi me gusta bastante por ser sencillo, colocando el logotipo azul marino en un tamaño mediano y repetido varias veces siguiendo un patrón romboideo sobre fondo blanco, le da una imagen limpia y característica. Por el contrario, creo que el envase exterior en el que viene el pack de seis desluce bastante, generando una sensación de producto de una categoría inferior, con ese degradado de rojo a azul pasando por blanco y la fotografía de las maritoñis amontonadas con efecto de sombra exterior, por no hablar del remate de la cenefa ondulada roja. Mucho más elegante es el modelo de caja que muestran en su web, siguiendo el diseño del envase individual con una caja blanca en contraste al logotipo azul marino acompañado de una cenefa también azul de estilo más granadino.

Maritoñi es un producto local de Granada y por eso resulta mucho más fácil encontrarlo en esta provincia. Puede encontrarse en cualquier supermercado o cafetería. El precio es de 2€ el pack de seis en Carrefour, aproximadamente unos 0,30€ la unidad.

La marca cuenta además con otros pastelitos, a saber: Chocotoñi (como la Maritoñi original pero rellena y cubierta de chocolate), Chiquitoñi (versión pequeña de Maritoñi y Chocotoñi), Chococaña y Cremicaña, Chocopalmi, Cortadito (una especie de mil hojas relleno de cabello de ángel) y Nonín (bizcocho tierno relleno de crema y cubierto de chocolate).


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